Dios usa los tiempos de espera para cumplir su propósito.

El Salmo 13 es un salmo de lamentación en el que el salmista expresa su dolor y sufrimiento ante la aparente ausencia de Dios. Los versículos 1 y 2 dicen así:

«¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre?
¿Hasta cuándo esconderás tu rostro de mí?
¿Hasta cuándo pondré consejos en mi alma,
Con ansiedad en mi corazón cada día?
¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí?»

En estos versículos, el salmista expresa su dolor y sufrimiento, preguntándole a Dios cuánto tiempo tendrá que sufrir y cuánto tiempo Dios parecerá estar ausente. El salmista siente que Dios lo ha olvidado y que ha escondido su rostro de él, lo que lo hace sentir ansioso y atormentado.

El salmista también se preocupa por sus enemigos, que parecen estar triunfando sobre él. Se siente enaltecido por ellos y teme que nunca pueda superarlos.

En resumen, el Salmo 13 es un salmo de lamentación en el que el salmista expresa su dolor y sufrimiento ante la aparente ausencia de Dios y la opresión de sus enemigos. A través de estos versículos, el salmista busca consuelo y esperanza, pidiéndole a Dios que lo rescate de su sufrimiento y lo ayude a superar a sus enemigos.