Jesús había sido crucificado y había resucitado al tercer día como lo había predicho, pero hasta ese momento sus discípulos no habían entendido lo que había pasado, seguían sorprendidos por haber visto el sepulcro vacío.

 REGRESAR A LO QUE FUIMOS

Habían pasado quizás unos días de la muerte de Jesús, y ya lo habían vuelto a ver cuando se les había aparecido, pero Pedro, que estaba con otros discípulos dijo estas palabras : me voy a pescar – nos vamos contigo – contestaron ellos. Juan 21:3 

Es de sorprenderse que nadie objetara, que nadie recordara el llamado que tenían, no se supone que regresarían a su vida de pescadores. Habían pasado tres años conviviendo con el maestro, viendo de cerca milagros y viviendo las enseñanzas y aún así se les había olvidado y decidieron regresar a “lo único que sabían hacer” pescar.

Aunque ya habían sido enviados por Jesús tiempo atrás, y habían visto milagros y sanidades, después de la muerte de Cristo se habían dispersado y ahora estaban buscando regresar a su antigua vida.

Pasaron toda la noche en el mar de Galilea sin pescar nada y al amanecer Jesús se les apareció en la orilla, pero otra vez no lo reconocieron.

– Muchachos ¿no tienen algo para comer? les preguntó Jesús – No – respondieron ellos. Juan 21:5-6.

Estaban a punto de ver un milagro más, aquel suceso conocido como la pesca milagrosa y después de ver el milagro Juan le dijo a Pedro ¡es el maestro!. ¿Puedes imaginar la emoción de Pedro?, me imagino su rostro con una sonrisa enorme mientras se ponía la ropa y listo para tirarse al agua, seguramente le urgía tener a Jesús cerca otra vez, le importaba más eso que ayudar con los pescados que eran demasiados, Jesús tenía ya listo el fuego para desayunar con ellos.

Es posible que hoy te sientas desorientado, que sientas que Jesús no está contigo, así como seguramente estaban los discípulos, sin entender bien que había pasado. Quizás no has entendido que Jesús ha resucitado y ya te espera en la orilla de ese mar con todo listo.

Los discípulos habían pasado una noche entera tratando de pescar algo pero no tuvieron éxito. Antes de conocer a Jesús ellos eran pescadores y por eso creían que ahí pertenecían, pero el futuro que tenían en Jesús era distinto.

Esto es una gran enseñanza para nosotros de que después de conocer a Jesús no podemos regresar al lugar de donde fuimos sacados, no podemos volver a ser los mismos, después de Jesús no podemos tener éxito en nuestra vida pasada.

Es lo que estaba pasando con ellos, no habían conseguido pescar nada todavía, habían fracasado en su intento por volver a ser pescadores, por eso vino Jesús e hizo un milagro en sus vidas y así recordaron su verdadera vocación.

Luego de todo lo sucedido Jesús restituyó a Pedro, no importando lo que había pasado aquel día antes de la crucifixión cuando lo había negado. Jesús lo seguía amando, igual que nos ama a nosotros, Él sigue fiel a su palabra y sigue viéndonos con ojos de amor y sigue viéndonos como lo que Él dice que somos. Solo necesitamos creer y dejarnos moldear, no importa que sintamos que Él ya no está con nosotros, podemos estar seguros de que él nos está esperando, está trabajando y preparando todo para cuando lleguemos a su presencia.

Así que no hay que desanimarnos y sigamos fieles a Dios y al plan que tiene para nosotros de llevar su palabra y compartir su amor, busquemos siempre recibir lo que Él tiene para darnos y recordemos que en esa vida pasada ya no hay nada para nosotros.

Escrito por Iglesias Creativas