31 de octubre de 1517 Martín Lutero, que era un monje, bajó a la celebración de todos los santos y clavó sus noventa y cinco tesis, esto para debatir sobre lo que él estaba descubriendo, sobre lo que esta escrito en las sagradas escrituras.
En la carta escrita por Pablo a los Romanos dice que somos justificados por la fe, es lo que le impactó más porque se dio cuenta que solo eso se necesitaba para alcanzar salvación y no solo una vida piadosa como él había creído todo el tiempo. Le fue pedido que se retractara de lo que había escrito y él propuso solo retractarse si se demostraba con la escritura que estaba equivocado.
Estas noventa y cinco tesis pueden resumirse en cinco postulados, solo escritura, solo gracia, solo fe, solo Cristo, solo a Dios la gloria.
La iglesia poco a poco fue olvidando la escritura, hasta llegar al punto en que se encontró en 1517, cuando ya la habían dejado completamente de lado, ya no era lo más importante dentro de las iglesias, ya no se basaban las enseñanzas en ella. Es importante saber esta parte de la historia porque si no la conocemos estamos condenados a repetirla.
Solo la escritura es el verdadero Señor y maestro de todos los escritos y doctrinas sobre la tierra, si eso no es concedido, ¿para qué sirve la escritura?. Si la escritura no está por encima de la tradición, o por encima de la razón ¿para qué sirve?.
Como creyentes, de nada nos sirve conocer literatura de hombres, llenarnos de investigación y de doctrinas, si no tenemos por encima de todas estas cosas la escritura.
Si bien no es malo leer y cultivarse, es necesario saber que la verdad absoluta está solo en la Biblia, que es palabra de Dios y es que si no estamos bien cimentados en la escritura y en lo que realmente quiere Dios que aprendamos de ella, corremos el riesgo de caer en alguna doctrina falsa. Cada cosa nueva que aprendamos o leamos, es necesario llevarla primero a la luz de la palabra y pedir a Dios en oración sabiduría para interpretar.
Cuando Jesús vino hizo un llamado a regresar a la escritura, este era uno de los principales debates de Jesús con los fariseos, que habían puesto sus tradiciones y creencias sobre la escritura, lo que ellos sabían lo habían deformado y ahora para ellos era más importante, al grado que era lo que enseñaban en las sinagogas.
Desde tu niñez conoces las sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra. 2 Timoteo 3:15-17.
La Escritura debe ser entonces nuestra única guía para conocer a Dios y su plan de salvación para nosotros. Y además son un arma con la que adquirimos sabiduría en general para nuestra vida, nuestras relaciones y todo lo que conllevan. Claro que podemos usar otras herramientas como la ciencia, para adquirir conocimientos, pero nunca por encima de las Escrituras.
Lo que cambia vidas es la palabra de Dios y el encuentro con Cristo por medio de la palabra de Dios. Por eso hay rechazo de algunas personas a la palabra, no porque haya fallas en ella, sino porque la palabra hace evidente las faltas en nosotros y es que una vez que somos evidenciados por medio de la palabra no podemos a volver a ser los mismos, necesitamos hacer un cambio, Dios lo hace en nosotros si lo dejamos.
El profeta que tenga un sueño, que lo cuente; pero el que reciba mi palabra que la proclame con fidelidad, ¿Qué tiene que ver la paja con el grano? -afirma el Señor- ¿No es acaso mi palabra como fuego, y como martillo que pulveriza la roca? -afirma el Señor- Jeremías 23:28-29.
Dios nos enseña que su Palabra es por encima que cualquier profecía que puedan decirnos, seguimos viendo que todo debemos llevarlo a la luz de su Palabra para no ser engañados por sueños o visiones de hombres. Esto no quiere decir que Dios no nos puede edificar a través de profecías, visones o sueños, pero es principalmente por medio de su Palabra que Él nos enseña y nos edifica. Siempre necesitamos la Escritura
JESÚS SUJETO A LA ESCRITURA
Después de ser bautizado Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu Santo para ser tentado Mateo 4:1. En estos pasajes aprendemos como Jesús estaba sometido a las escrituras y todas las cosas que decía eran con fundamentos basados en la Escritura porque la conocía, en medio de la tentación Jesús se sujetó a la escritura, por eso vemos que siempre responde escrito está, y no solo al ser tentado respondió así, sino también en cada debate que tenía con los fariseos o para dar alguna enseñanza, así también nosotros debemos vivir sujetos y sometidos a la escritura, debemos conocerla para saber qué hacer y cómo responder siempre a la luz de la Palabra.
Aun en el momento de ser entregado y de su muerte Jesús estaba sujeto a las escrituras, era necesario que cumpliera con ellas.
A la verdad, el Hijo del hombre se irá tal y como está escrito de él… Marcos 14:212a.
Así como Jesús sabía de su propósito por tener siempre presente la Escritura, él sabía que tenía que cumplir con todo lo que se había escrito. Es también el llamado para nosotros a cumplir en todo lo que se escribió para nosotros por que Dios también tiene un llamado para nosotros y es necesario que conozcamos ese plan y nos sujetemos a él y que pongamos a su servicio los dones y talentos que tenemos.
¿Cómo vamos a sujetarnos a la Escritura?. Estudiándola, conociéndola, escudriñando y sobre todo orando para recibir sabiduría del Espíritu Santo para comprenderla. NO podemos entender aquello que no conocemos.
Escrito por Iglesias Creativas.