Cada día es un día de preparación.

El Salmo 133 es un salmo corto pero poderoso que habla sobre la importancia de la unidad entre los hermanos y cómo esa unidad es una bendición de Dios. El salmo dice así:

¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es
Habitar los hermanos juntos en armonía!
Es como el buen óleo sobre la cabeza,
El cual desciende sobre la barba,
La barba de Aarón,
Y baja hasta el borde de sus vestiduras.
Es como el rocío de Hermón,
Que desciende sobre los montes de Sion;
Porque allí envía Jehová bendición,
Y vida eterna.

El Salmo 133 es un himno a la unidad y la armonía entre los hermanos. El salmista compara esta unidad con el aceite sagrado que se usaba para ungir a los sacerdotes, y con el rocío que cae sobre las montañas. Ambas imágenes simbolizan la bendición y la vida que provienen de la unidad entre los hermanos.

El salmo también hace referencia a Aarón, el sumo sacerdote del Antiguo Testamento, y sugiere que la unidad entre los hermanos es un reflejo de la unidad que Dios anhela para su pueblo. Cuando los hermanos viven juntos en armonía, Dios envía su bendición y vida eterna.

En resumen, el Salmo 133 es un recordatorio de que la unidad entre los hermanos es una bendición de Dios y que esa unidad es esencial para la vida y la prosperidad de su pueblo.