EL BUEN SAMARITANO 

En esto se presentó un experto de la ley y, para poner a prueba a Jesús le hizo esta pregunta .- Maestro,¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna? Jesús replicó -¿qué está escrito en la ley? ¿cómo la interpretas tú?  Como respuesta el hombre citó: Ama al señor tu Dios con todo tu corazón, con todo tu ser, con todas tus fuerzas y con toda tu mente, y : ama a tu prójimo como a ti mismo. Lucas 10:25

En el libro de Mateo vemos al mismo Jesús diciendo que estos son los dos mandamientos más importantes, que de estos dos depende toda la ley y en ambos vemos al principio la palabra AMA, pero aquel hombre quería justificarse y por eso preguntó ¿Y quién es mi prójimo?, Jesús responde con una parábola, una enseñanza ilustrada con ejemplos claros que aquel hombre pudiera entender. 

Esta parábola en sí es una prueba de que para ayudar a otros no es suficiente lo que hemos aprendido o sabemos de la ley, es necesario algo extra que es el amor, es finalmente el amor lo que nos hace compadecernos de los demás para ayudarlos.  

¿QUIÉN ES MI PRÓJIMO?

La historia habla de un hombre que viajaba de Jerusalén a Jericó, dice que aquel hombre cayó en manos de ladrones que le quitaron la ropa y lo golpearon hasta dejarlo medio muerto. Jesús entonces hace referencia a un sacerdote que viajaba por el mismo camino y que al verlo se desvió y siguió de largo, luego toma de ejemplo a un levita que hizo lo mismo. 

Esto para el experto de la ley no era nada raro, seguramente pensaba en que él haría lo mismo en una situación similar. ¿Por qué usar este ejemplo? Jesús sabía que con este hombre necesitaba ser radical, toma entonces de ejemplo a dos expertos en la ley como él, que sabían perfectamente que no podían tocar ni sangre ni muertos ¿recuerdas? los asaltantes habían dejado a aquel hombre  medio muerto y malherido. La ley dice <Quien toque el cadáver de alguna persona, quedará impuro siete días> Números 19:11 Tomaban tan enserio la ley (y es como debe tomarse) que se habían olvidado por completo de lo más importante, el amar a Dios y amar a sus prójimos, no querían ver por los demás, por eso quiso justificarse y preguntó ¿quién es mi prójimo?. 

AMOR PARA EL PRÓJIMO

Pero Jesús usa también de ejemplo a un hombre samaritano, la Biblia dice en Juan 4:9 Pero, como los judíos no usan nada en común con los samaritanos, la mujer le respondió: -¿Cómo se te ocurre pedirme agua, si tú eres judío y yo samaritana? Por eso era necesario usar el ejemplo de un samaritano. 

A un hombre que no sabía de ley o costumbres, un hombre que no tenía problemas con tocar sangre de alguien más, quizás pensaba: si está muerto al menos no tendré la duda, sabré que pude ayudarlo. Así que se propuso ayudarlo de corazón y por amor, no solo lo curó, sino que además se lo llevó y pagó para que recibiera atención y cuidado. Así entendemos que el amor nos lleva incluso a dar un extra, a hacer algo más por los demás.

¿Cuál de estos tres piensas que demostró ser el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? -El que se compadeció de él-  contestó el experto en la ley. -Anda entonces y haz tú lo mismo -concluyó Jesús. Lucas 10:36-37

AMOR QUE PERFECCIONA

Este es un llamado para nosotros como hijos de Dios, no para ignorar la ley, sino para perfeccionarla en nosotros con amor. Así como Jesús se entregó por amor, nosotros debemos hacer todo con amor y siempre viendo por los demás. 

La primera carta a los Corintios capítulo 13 nos enseña como sin amor todas las mejores cosas que podamos hacer pierden validez, incluso el ayudar a los demás, pues dice literalmente: Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, y si entrego mi cuerpo para que lo consuman las llamas, pero no tengo amor, nada gano con eso. Y luego nos da una lista de características del amor y nos dice que el amor jamás se extingue.

¿Cuántas veces nos hemos alejado de las personas que no piensan como nosotros, o que no llevan una relación con Dios como la nuestra?, al comportarnos así no estamos demostrando ese amor que hemos recibido y en vez de cumplir con nuestro llamado alejamos a las personas que nos rodean.

Somos llamados a compartir el amor de Dios con nuestro prójimo, somos llamados a dar gratis lo que recibimos gratis y somos llamados también para alcanzar por amor a los no creyentes de nuestra familia, nuestros vecinos, amigos o compañeros de trabajo. Así estaremos cumpliendo, como el ejemplo del samaritano, con el mandato de amar nuestro prójimo y estaremos cumpliendo también con la ley, pues toda la ley está englobada en esto. 

Entonces comportémonos como verdaderos hijos amados y amemos a todos. 

Escrito por iglesias creativas…el buen samaritano

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