El paralítico sanado en sábado: una lección sobre la compasión de Dios
En la Biblia cristiana, encontramos la historia del paralítico sanado en sábado. Esta historia se relata en varios evangelios, pero en particular en Marcos 2:1-12. Según el relato, un grupo de personas llevaron a un hombre paralítico a Jesús para que lo sanara. Pero debido a la multitud, no pudieron acercarse a Jesús. Entonces, decidieron subir al techo de la casa donde estaba Jesús y hacer un agujero en el techo para bajar al hombre hasta donde estaba Jesús.
Jesús, al ver la fe de los amigos del paralítico, le dice al hombre «hijo, tus pecados te son perdonados». Esto generó controversia entre los escribas que estaban presentes, ya que solo Dios podía perdonar pecados y criticaron a Jesús por perdonar los pecados, algo que solo Dios podía hacer. Jesús, para demostrar que tenía autoridad para perdonar los pecados, le dijo al paralítico: «Levántate, toma tu lecho y vete a tu casa». Y el hombre se levantó, tomó su lecho y salió delante de todos los presentes.
Esta historia muestra la conexión entre el perdón de Dios y la sanidad del cuerpo. Jesús demostró que tenía el poder de perdonar pecados y también de sanar enfermedades. Al sanar al paralítico, Jesús demostró que tenía el poder de hacer lo que solo Dios podía hacer, lo que enfureció a los escribas y fariseos.
Además, esta historia también destaca la importancia de la fe. Los que llevaron al hombre paralítico a Jesús tenían fe en que él podía sanarlo, y esta fe se vio recompensada cuando Jesús lo sanó. Por lo tanto, la fe en Dios y en su poder es fundamental para recibir la sanidad y el perdón divino.
El paralítico fue sanado al instante y se levantó, tomó su lecho y se fue a su casa, glorificando a Dios. Esta historia es un ejemplo del poder de la fe y de la autoridad de Jesús para perdonar los pecados y sanar a los enfermos.
Porque no debia sanar en sábado segun los judios
La sanación en sábado es un tema importante en la Biblia cristiana y se relaciona con la enseñanza de Jesús sobre la observancia del día de reposo y la libertad de la ley.
El sábado es un día sagrado en la religión judía, en el que se debe guardar reposo y no se deben realizar trabajos. En el tiempo de Jesús, los fariseos y los escribas habían añadido muchas leyes y normas adicionales al mandamiento original del sábado, y a menudo acusaban a Jesús de violarlas cuando sanaba en sábado.
A pesar de esto, Jesús realizó muchas sanidades en sábado, demostrando que el amor y la misericordia de Dios son más importantes que las leyes y las tradiciones humanas. Por ejemplo, en Lucas 13:10-17, Jesús sanó en un sábado, a una mujer que había estado encorvada durante 18 años, lo que enfureció a los líderes religiosos. Pero Jesús les respondió: «¿No desata cada uno de vosotros su buey o su asno del pesebre en sábado y lo lleva a beber agua? Y esta mujer, que es hija de Abraham, y a quien Satanás ha tenido atada dieciocho largos años, ¿no era preciso soltarla de estas cadenas en sábado?».
En varias ocasiones, Jesús sanó a personas en sábado, lo que generó controversia entre los líderes religiosos de su tiempo. Para ellos, la sanación en sábado era una violación de la ley sabática, que prohibía el trabajo en ese día.
Sin embargo, Jesús enseñó que la sanidad y el bienestar de las personas eran más importantes que la observancia legalista del sábado. En Marcos 2:27, Jesús dijo: «El sábado fue hecho por causa del hombre, y no el hombre por causa del sábado».
Otro ejemplo se encuentra en Juan 5:1-9, donde Jesús sanó a un hombre que había estado enfermo durante 38 años en un sábado. Cuando los líderes religiosos lo reprendieron por sanar en sábado, Jesús les dijo: «Mi Padre sigue trabajando hasta ahora, y yo también trabajo». Jesús estaba diciendo que la obra de Dios, que es la obra de sanar y liberar a las personas del sufrimiento, no se detiene en sábado.
Jesús también usó la sanación en sábado como una oportunidad para enseñar sobre su identidad y su relación con Dios. En Juan 9:1-41, Jesús sanó a un hombre ciego en sábado y explicó que él era el Hijo de Dios enviado para traer luz y salvación al mundo.
En resumen, las sanidades de Jesús en sábado nos muestran que el amor y la misericordia de Dios están por encima de las leyes y las tradiciones humanas.
La obra de Dios de sanar y liberar a las personas del sufrimiento no se detiene en sábado, y la misión de Jesús era hacer la voluntad del Padre, incluso si eso significaba ir en contra de las normas religiosas del momento, la sanación en sábado es un tema importante en la enseñanza de Jesús. Él enseñó que la sanidad y el bienestar de las personas eran más importantes que la observancia legalista del sábado y usó la sanación en sábado como una oportunidad para enseñar sobre su identidad y misión divinas.
La historia del paralítico sanado se encuentra en varios pasajes de la Biblia, pero aquí hay algunas citas bíblicas relevantes:
Mateo 9:2-7: «Y he aquí, le trajeron un paralítico tendido en una camilla; y viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados. Entonces algunos de los escribas dijeron para sí: Este blasfema. Y conociendo Jesús los pensamientos de ellos, dijo: ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones? Porque, ¿qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados (dice entonces al paralítico): Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. Y él se levantó y se fue a su casa.»
Marcos 2:3-12: «Y vinieron a él unos trayendo un paralítico, que era llevado por cuatro. Y como no podían acercarse a él a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde él estaba; y haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. Y viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: Hijo, tus pecados te son perdonados. Pero estaban allí sentados algunos de los escribas, los cuales pensaban en sus corazones: ¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? Y conociendo luego Jesús en su espíritu que así pensaban dentro de sí mismos, les dijo: ¿Por qué pensáis así en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados, o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene poder en la tierra para perdonar pecados (dice al paralítico): A ti te digo, levántate, toma tu lecho y vete a tu casa. Entonces él se levantó en seguida, y tomando su lecho, salió delante de todos, de manera que todos se asombraron y glorificaron a Dios, diciendo: Nunca hemos visto cosa semejante.»
Lucas 5:18-26 dice: «Y unos hombres trajeron en un lecho a un hombre que estaba paralítico; y procuraban meterle y ponerle delante de él. Pero no hallando por dónde meterle, a causa de la multitud, subieron encima del tejado y por entre las tejas le bajaron con el lecho hasta en medio, delante de Jesús. Y viendo él la fe de ellos, dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados. Entonces los escribas y los fariseos comenzaron a pensar, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo Dios? Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, respondió y les dijo: ¿Qué pensáis en vuestros corazones? ¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y anda? Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralítico): A ti te digo, levántate, toma tu lecho y vete a tu casa. Y al instante, levantándose en medio de ellos, tomó el lecho en que estaba acostado, y se fue a su casa glorificando a Dios. Y todos, sobrecogidos de asombro, glorificaban a Dios y llenos de temor, decían: Hoy hemos visto cosas extraordinarias.»