Muchos de nosotros ni nos percatamos de su llegada, y cuando nos damos cuenta escucho a muchos decir, ¡alguien mas que lo haga a mi me da pena! y dejamos que la bendición de saludar y recibir a alguien nuevo se nos valla.

El acercarte a saludar o recibir a una persona nueva puede ser de gran impacto en su vida, además te aseguras de mostrar el amor que Dios te ha dado y das un paso de confianza con esa persona. Recuerda que como popularmente se dice, la primera impresión nunca se olvida.

La responsabilidad de saludar a los visitantes es de todos los miembros de la iglesia, es parte de mostrar el amor de Dios a quienes no lo conocen.

Los líderes por su parte pueden darle un seguimiento haciendo algunas cosas que pueden ayudar a que la persona se sienta bienvenida dentro de la iglesia.

  1. Asegúrate que hay alguien recibiendo a los congregantes antes de iniciar la celebración y haz énfasis en que deben saludar a los nuevos.
  2. Toma un tiempo antes de finalizar tu celebración para darles la bienvenida, pídeles que se pongan de pie y te den su nombre, agradéceles por tomarse el tiempo de asistir.
  3. Pide a los ujieres que les entreguen un formato que contenga 2 tipos de información, información sobre la iglesia y otra parte donde puedan anotar sus datos personales, con esto es mas fácil contactarlos posteriormente. Deben esperar a que los llenen y recogerlos antes de que termine la celebración, la parte de datos de la iglesia es para el invitado y la parte de datos del invitado es para la iglesia.
  4. Si te es posible, obsequia a cada uno un pequeño libro como un devocional o de preferencia algún evangelio que al momento que lo lean puedan conocer el plan de salvación para sus vidas y comprender mas a fondo lo que es el cristianismo.
  5. Ya que hayas recolectado los formatos, elige a algunas personas que puedan llamarles e invitarles nuevamente, esto ayuda a involucrar mas miembros de la iglesia en el trabajo del Señor, ademas de quitar un poco de carga a los líderes.

Es importante mencionar que debemos ser sabios en la manera en que nos dirigimos e invitamos a personas no creyentes, debe ser siempre con amabilidad y sin juzgarlos, ten paciencia y recuerda que si nosotros cumplimos nuestra parte el Espíritu Santo hará la suya, nosotros no vamos a poder cambiar a las personas, pero Dios si puede.

 Que el Señor los lleve a amar como Dios ama, y a perseverar como Cristo perseveró.

Tesalonicenses 3:5 

Escrito por Iglesias Creativas